Hoy hemos conocido la triste noticia de que nos ha dejado Carmen, una corredora toledana llena de ganas de vivir, una campeona con la sonrisa siempre en su rostro, pero que no ha podido vencer la dura enfermedad que le ha tocado sufrir. Desde aquí simplemente quiero transmitir mi pésame a sus seres queridos, mi pesar a sus compañeros de entrenamiento, pero por encima de todo me gustaría que justo ahora, tras leer estas líneas, cada uno de nosotros en silencio hiciéramos una oración por pequeña que sea, para que Cristo la acoja desde ya mismo en su Reino. ¿Qué mejor regalo le podemos hacer?
Descansa en paz, Carmen.
Paco Minaya.
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